El vino como estilo de vida

Te gusta o lo detestas, te apasiona o lo odias, así es esta bebida que no deja indiferente a nadie símbolo de una forma de entender la vida.

El vino lo obtenemos de la uva mediante un proceso de fermentación. La historia del vino transcurre en paralelo con la historia de la humanidad. Una historia que pasa desapercibida para la gran mayoría de los mortales pero que cuando la conoces te da dos opciones: o seguir aprendiendo cada día un poco más sobre ella y convertir el vino en un estilo de vida o pasar página y buscar algo que te motive más.

Etapas del vino

El vino no espera: nace, se va desarrollando en la botella , consigue llegar a su momento óptimo y posteriormente sigue su camino hacia el declive. Tampoco contempla : tan sólo mira cómo van pasando a sus pies, año tras año y generación tras generación de bodegueros ansiosos por sacar la mejor cosecha. Pero tiene algo que lo hace especial y un poquito humano si cabe: te habla. A través de su color, su sabor y su olor es capaz de transportarte a épocas pasadas y contarte todo los secretos que guardan sus botella. Y como si de una persona se tratase, puede resultar amable, franco, complejo, impactante o simple entre otros adjetivos. Lo mejor es que cada cual puede tener una visión muy diferente del mismo vino: todo depende de si te gusta o no.

¿Que sensación te deja una copa de vino?

Hace poco tiempo hablaba con una amiga sobre el vino y sus bondades. Pero ella me confesaba que por más que lo prueba una y otra vez no le encuentra nada especial excepto una acidez extrema. Quizá solo tomó vinos equivocados, con poca calidad, muy envejecidos o desequilibrados que no le aportaron ningún momento placentero que su cerebro pudiese guardar como una experiencia grata. Reflexionamos juntas, y llegamos a la conclusión de que una mala experiencia con unos determinados vinos influye de manera decisiva en catas posteriores. Es así, el vino es desagradable con quien lo ve como una simple bebida alcohólica.

Apreciar el vino

Yo he tenido la suerte de liberar la mente de prejuicios, de recuerdos o de opiniones personales ya prefabricadas y despertar en mi cerebro los sentidos suficientes para poder descubrir todo lo que una copa de vino me puede ofrecer. Me inicié en esto del vino por mi propio pié, dejándome llevar de ese impulso aventurero de descubrir todas las mágicas historias que cada botella guarda en su interior. No tuve mucho tiempo de analizar si el mundo del vino me gustaría por siempre o era sólo algo pasajero, lo que paradójicamente me hizo descubrir una pasión dormida.

Al final decidí hacer del vino un estilo de vida y seguir aprendiendo día a día: en cada evento, en el cumpleaños de tu madre, en las cenas con amigos…Siempre hay un motivo para descorchar una botella , brindar y probar nuevos caldos con los que descubrir infinidad de olores y sabores. Pero entiendo a los que prefieren otras bebidas y el mundo del vino pasa ante ellos de manera indiferente. El vino no es para todos , por eso quizá sea tan generoso : no te obliga a que le prefieras pero si lo haces te mostrará todas las riquezas sensoriales que perduran a través del tiempo protegidas en una botella.

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